Antiguas variedades de maíz aportan modernas soluciones al complejo de la mancha de asfalto
En el sur de México y Centroamérica, una enfermedad fúngica del maíz conocida como complejo de la mancha de asfalto (TSC, siglas en inglés) está diezmando los rendimientos, lo cual amenaza la seguridad alimentaria y los medios de vida de los habitantes de esas regiones. En El Portillo, Chiapas, México, el agricultor Félix Corzo Jiménez, muy desanimado, inspecciona su maizal… “Ha sido un año terrible. Tendremos suerte si cosechamos siquiera el 50% de nuestros rendimientos habituales”. Señala una hoja de maíz cubierta de diminutos puntos oscuros, y retira las hojas de una mazorca para mostrar los granos arrugados, que no tuvieron buen llenado. “La mancha de asfalto está arruinando nuestros cultivos”.
La mancha de asfalto, denominada así por los puntos oscuros que cubren las plantas infectadas, provoca la muerte prematura de las hojas, debilita las plantas y evita que las mazorcas se desarrollen bien, lo cual reduce los rendimientos en hasta 50% o más, en casos extremos. Causada por la combinación de tres infecciones fúngicas, la enfermedad se produce con mayor frecuencia en las zonas frescas y húmedas del sur de México, Centro- y Sudamérica. La enfermedad está empezando a propagarse, posiblemente por los cambios del clima, la evolución de los patógenos y la susceptibilidad de las variedades de maíz, ya que por primera vez el otoño pasado, se detectó su presencia en importantes regiones productoras de maíz de la zona centro de México y el norte de Estados Unidos. Para generar las variedades de maíz resistentes a la mancha de asfalto que los agricultores necesitan, la iniciativa Masagro Biodiversidad está explorando la “mina” del banco de germoplasma del CIMMYT para encontrar variedades criollas de maíz que quizá contengan genes de resistencia a la enfermedad.