El cambio climático, la degradación de los suelos y los recursos e insumos agrícolas en declive o cada vez más costosos (agua, suelos, nutrientes, energía) amenazan nuestra capacidad para producir de forma sustentable suficientes alimentos para las crecientes poblaciones, cada día más urbanas. La Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) por sus siglas en inglés) estima que la producción de cultivos de cereales tendrá que aumentar en un 70% para el año 2050, lo que requeriría de un aumento considerable de la tasa a la cual han aumentado los rendimientos globales en el pasado. Éste es un reto formidable, dado que el cambio climático está afectando cada vez más a la agricultura por medio de un mayor estrés por calor, el surgimiento de nuevas enfermedades y plagas, sequías más frecuentes y otros fenómenos meteorológicos extremos que impactan desfavorablemente el rendimiento de los cultivos.
México, junto con la India, podría ser uno de los países más gravemente afectados por el cambio climático y ello sería altamente riesgoso para la autosuficiencia alimentaria del país. Este riesgo se ve agravado por el hecho de que los precios del maíz y el trigo se establecen en una escala global; en consecuencia, durante un período de escasez causada por los efectos del cambio climático, los precios aumentarían sustancialmente al mismo tiempo que nuestra necesidad de importar más alimentos. Dicho escenario deja en claro que el desafío por alcanzar la seguridad alimentaria es global y por lo tanto, requiere de soluciones globales.
En un contexto donde la base de los recursos agrícolas e insumos está en declive, o requiere de mayores inversiones, SeeD surge como una estrategia que busca soluciones en el área de los recursos genéticos, ya que estos ofrecen lo que quizás sea la mayor oportunidad sin explotar para continuar aumentando los rendimientos de los cultivos, probablemente sólo detrás de la mejora de las prácticas agronómicas.
México, como parte del centro de origen del maíz y cuna de la Revolución Verde ya ha contribuido significativamente a la seguridad alimentaria mundial. Sin embargo, aún tiene mucho que aportar. Por ello, en SeeD pretendemos hacer mejor uso de los bancos de germoplasma de maíz y trigo que existen en el país (los cuales son los más completos a nivel mundial) mediante la aplicación de avanzadas plataformas de análisis genético, al mismo tiempo de recolectar datos de relevancia agrícola en el campo, con el fin de caracterizar y utilizar más eficientemente los recursos ya existentes para el beneficio de México y de toda la humanidad.
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